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La ría del Cantábrico 

La Playa de Riazor acogió la primera jornada de la Liga Eusko Label en Galicia. El majestuoso Océano Atlántico puso a prueba a las tripulaciones y las recibió con una mar gruesa aderezada con un viento fortísimo. Nuestros remeros sufrieron mucho en tales condiciones, les costó mantener la remada en los últimos largos y solo pudieron superar a Cabo de Cruz, que fue descalificada por abordaje. Empatados a puntos en la general con Cabo de Cruz y preocupante el hachazo de Astillero, que ganó la manga y nos restó dos puntos.

Amaneció azul la Ría de Ares el domingo, azul brillaba el cielo, azul alumbraba la mar, azules lucían nuestros coquetos balcones marineros, de azul se teñían nuestras emociones-¡qué difícil amainarlas!- aresanas y aresanos, una marejada azul de pasión ante el evento deportivo más importante en la historia de nuestra villa.

Y como siempre, el pueblo respondió a su Club de Remo, Ares siempre mira al mar, somos ría, somos sabre y sal, somos hijos de marineros y el remo es el deporte que mejor nos define, las extremas condiciones de un duro oficio convertido en afición por nuestros antepasados. Y así, la Ría de Ares se convirtió en la Ría del Cantábrico, gallegos, cántabros y vascos unidos por el más hermoso de los deportes.

La emoción desbordada y el exceso de responsabilidad son enemigos temibles. Nuestros remeros subieron a la Santa Olalla con la mirada afilada, intensos, con ganas de brindar una regata espléndida a su entregada afición. Ganar a Cabo de Cruz y a Astillero, ese era el reto; y simplemente no pudo ser. No estuvimos cerca de la perfección que buscamos en cada palada y tras la segunda virada la entrega y el corazón no fueron suficientes para seguir la popa de Zierbena, que ganaba la manga por delante de Cabo y Astillero.

El Nordeste de Seselle, que sopló con intensidad en las dos mangas restantes, favoreció claramente a las tripulaciones de la primera tanda, le dio la victoria de la Bandeira do Concello de Ares a Zierbena y lamió las heridas de la Santa Olalla, que alcanzaba el séptimo puesto en la clasificación general.

El camino va a ser largo y muy duro. Que nadie dude de nuestros remeros…

¡AÚPA ARES!¡ETERNOS!

José Montero Vilar

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